El Premio Ignacio Cerviño a la promoción patrimonial ha recaído en la rehabilitación de dos casas, de mínima fachada, en la rúa Sol, en el casco histórico de la villa.

Los Premios Xohán de Cangas a la labor cultural y a la creación artística y el premio Ignacio Cerviño a la promoción del patrimonio, que hoy se entregan en el Auditorio (20.00 horas), ya tienen ganadores. El director de la Casa de Cultura de Cangas y propietario de la Casa Museo A Mangallona, Camilo Camaño, ha sido el seleccionado por el jurado con el premio a la labor cultural y el poeta local residente en Islandia, Elías Portela, a la creación literaria. Por su parte, el Premio Ignacio Cerviño a la promoción patrimonial ha recaído en la rehabilitación de dos casas, de mínima fachada, en la rúa Sol, en el casco histórico de la villa. Una es la casa que restauraron Manuel Araújo y su hermana Josefa, en el número 39, con sólo 2 metros de fachada. El premio lo recogerá Josefa porque Manuel reside en A Coruña en donde es farmacéutico y en donde encontró al arquitecto José Manuel Vilariño que realizó la obra. La pequeña casa familiar, que ahora está alquilada, se convirtió en una vivienda de 80 metros cuadrados distribuidos en tres alturas y con una planta de sólo 22 metros.

Manuel Araújo vivió su infancia en otra casa junto a la ex colegiata y admira el casco histórico cangués, aunque reconoce, tras la obra, que no es barata la rehabilitación. Lo peor para él son los edificios de grandes alturas que se han permitido levantar en este casco y dice que el Plan especial de protección interior (Pepri) a través del cual se rige la rehabilitación del casco vello cangués, estaría bien si se aplicara por igual a todos.

En León se gestó la rehabilitación de la casa ubicada en el número 6 de la misma calle. Allí reside la canguesa Alejandra del Río, que de pequeña vivió en esta casa familiar de la rúa Sol y que compró con su marido Daniel Domínguez, cuando la familia decidió venderla. La rehabilitación, que dirigió un estudio de arquitectura de Vigo, se realizó con piedra de derribos y con madera, con un aspecto muy moderno que le da un cubo de madera en el aprovechamiento bajo cubierta. La antigua vivienda, de planta baja y primera, se ha convertido en una casa de bajo, dos plantas y aprovechamiento bajo cubierta. El frente tiene unos 3 metros y el fondo 5 por lo que la planta no pasa de 18 metros cuadrados. Cada piso es un dormitorio, no da más, es como un apartamento en altura. En la planta baja ubicaron la cocina con una zona de comedor y un baño, en la primera y segunda los dormitorios y arriba una sala con una pequeña terraza. Daniel Domínguez es un enamorado de la piedra gallega, cosa que no abunda en su León natal. Hoy no podrán estar para recoger el premio pero sí la madre y la hermana de su mujer.